Actualmente, la comunidad educativa pone a debate la regulación del móvil en las aulas. Por un lado están los que defienden su uso en horario escolar y así no dar la espalda a los avances tecnológicos. Los defensores de esta postura consideran que no obviar esta realidad puede ayudar a educar a los niños y niñas a hacer un buen uso de las nuevas tecnologías. Por otro lado, están los que apuestan por dejar el tiempo de las aulas libre de dispositivos móviles y así no potenciar la adicción a las pantallas.
Es importante aclarar que cuando se habla del uso de los móviles en las aulas nos referimos a utilizar estos dispositivos como una herramienta más dentro de las clases tal como se hace con los ordenadores, las libretas, los libros, etc. y por tanto no utilizarlo con fines lúdicos que no estén relacionadas con objetivos educativos.
Aún así, la mayoría de la población defiende que es importante que no haya teléfonos móviles a las clases durante la etapa de enseñanza obligatoria, es decir, hasta que no acabe la ESO. Según el sondeo del GESOP realizado por El Periódico en julio del año 2019, el 85,8% de los entrevistados se oponen a esta nueva corriente para evitar que no se potencie la adicción digital de los más pequeños de la casa .
Según el IDESCAT (Instituto de Estadística de Cataluña) , más del 66% de los niños y niñas españoles con edades comprendidas entre los 10 y los 15 años tienen móvil. Esta cifra aumenta considerablemente cada año. Guste o no, el uso de los dispositivos móviles es un hecho cada vez más presente en el día a día de toda la sociedad en general y de los niños y niñas en particular. Son los propios padres y madres los que compran los dispositivos a sus hijos e hijas para fines diversos como el entretenimiento, las relaciones sociales o estar comunicados, entre otros. Pero, ¿qué ocurre cuando hablamos del uso de los móviles en horario escolar? Hay países como Francia que ya se han posicionado sobre el tema y han decidió prohibir el uso de aparatos tecnológicos en las escuelas.
La polémica está servida. Varios son las ventajas y múltiples los retos que están sobre la mesa.
¿Qué beneficios aporta el uso del móvil en las aulas?
- No todos los centros disponen de aparatos electrónicos. Por lo tanto, utilizar el móvil de cada alumno amplía las oportunidades de tener acceso a internet dentro del espacio educativo.
- Enseñar a hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías con el objetivo de que se conviertan en herramientas adecuadas para la tarea educativa diaria.
- Aprender a seleccionar la información de calidad y saber diferenciar qué es una fake new y qué es información contrastada.
- Permite tener en cuenta los diferentes niveles de aprendizaje de cada alumno y alumna, ya que no todos tienen las mismas capacidades de atención y retención del conocimiento.
- Facilitan la realización de actividades dirigidas de gamificación que mejoran la cooperación, la motivación y el trabajo en equipo.
¿A qué retos nos enfrentamos?
- Encontrar el equilibrio entre destinar su uso a herramientas eficaces de trabajo sin caer en el abuso excesivo y así no hacer sombra a otras metodologías más tradicionales que también son enriquecedoras.
- Evitar la diferenciación entre el alumnado por el hecho de que no todos tienen móvil en las mismas edades o bien que no todos los dispositivos tienen toda la tecnología necesaria para realizar las actividades planteadas en el aula.
- Educar al alumnado para que haga un buen uso del móvil. Hay que remarcar que las tecnologías son un arma de doble filo como lo demuestran problemas actuales como el cyberbullying.
- Sensibilizar a los niños y las niñas para evitar el aislamiento familiar y social para un uso excesivo de los móviles, encontrando así un equilibrio.
Una única realidad, diversidad de opiniones:
Como vemos, hay diversidad de opiniones sobre el tema y muchos aspectos a tener en cuenta en este nuevo panorama. Lo que es evidente es que no se puede dar la espalda a esta realidad en la que la tecnología cada vez forma más parte de nuestro día a día. En cuanto la educación, es importante que los centros educativos dispongan de especialistas expertos en estas tendencias para que puedan apoyar en el contexto de esta nueva realidad. Además, es fundamental que el profesorado se forme tecnológicamente y pedagógicamente para enfrentar los retos comentados y potenciar al máximo las ventajas del uso de los dispositivos móviles en las aulas.